jueves, 20 de agosto de 2009

La sonrisa de Martina

¡¡Quieto todo el mundo!! dijo el del tricornio mientras pisoteaba el circo de los leones aquel 23-F

Quieto todo el mundo parece decir Martina ahora que empieza a esbozar sus primeras sonrisas; esa forma tan tierna de devolver las horas de esfuerzo, cuidado y cariño son la más plácida demostración de humanidad que nunca he visto.

Supongo que todo girará a complejo, sufrido y agotador con el paso de las semanas, meses y años, pero me da igual, su sonrisa de complicidad desactiva los malos sueños.

No ha cumplido ocho semanas y ya empieza a mostrar parte de su caracter, seguramente esa parte con la que cada uno nacemos y que es inmanejable. Va peleando por recordar que ella está aquí, que es importante y que tendrá mucho que decir, también es inquieta, curiosa como todos los niños y agradecida. Me sorprende que, no se si por casualidad, tiene una mirada de reojo como de observadora en la distancia, que la supone invidualista y respetuosa.

Sus ojos se van haciendo más grandes cada día, para "veeeerte mejor" y para endulzar su cara de descubridora.

Es dura, se queja poco, pero a veces se queja, y eso es bueno, no todo va a ser "tragar" con lo que no te gusta. Por suerte entiende que no todo va a ser sólo para ella.

Su sonrisa es nuestra alegría de cada día, eso está claro.

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