martes, 28 de julio de 2009

Un mes

Hoy hace un mes que nació Martina, a estas horas estábamos entre epidurales, contracciones, sudores y un amasijo de emociones revueltas.

En un mes he aprendido algunas cosas, la más importante es que el "tu" cuando dices "tu hija" no es un adjetivo posesivo si no un adjetivo "de filiación" que determina tu responabilidad y no tu dominio. Vamos, que Martina no es "mía", es "suya", pertenece a ella sóla, yo (con su madre, claro) simplemente he asumido la responsabilidad de ayudarla a que así sea, casi nada.

A partir de ahí, palmada en la espalda y... ¡suerte, papá!. Todos sabemos que no aplica aquí ningún axioma y que la intuición y la mejor disposición son tus viejas amigas.

Vivimos como funambulistas y con niños la acrobacia llega al "más difícil todavía", en estos momentos las sociedad, en general, no está montada para atenderlos y en la querencia de superhéroes que nos autoimponemos los niños a veces son los calzoncillos que van por fuera.

Martina, cuando se despereza, echa el freno de mano a la vorágine, ¡¡qué suerte tengo!!.

martes, 21 de julio de 2009

La ley del mayor

Salta la bomba de relojería de dos casos de menores violadas por otros menores y explota la conciencia colectiva clamando cambios, principalmente legislativos en cuanto a la ley del menor se refiere.

Más que fracaso de una ley suena a fracaso de la sociedad en general, permisiva, donde la autoridad está pasada de moda, con bombardeo de valores muy discutibles, donde manda el concepto de "juventud mal entendida". El problema no es que pase, que también, el problema es no poderlo evitar. De ahí que el problema no sea tanto de legislación ex-post como de educación ex-ante. Vamos, que es un tema más de la "ley del mayor" que de la "ley del menor"

En ambos casos cometieron la salvaje fechoría en grupo, paraguas impermeable a la responsabilidad individual que nadie les enseñó. ¿Porqué no "pagan" por eso sus mayores?. Dicho de forma más constructiva, ¿porqué no trabajamos con los padres al menos tanto como con los hijos?

Necesitamos buenas escuelas... ¡¡de padres!!, así a lo mejor tendremos buenas escuelas de niños.

jueves, 16 de julio de 2009

Tener un bebé "bueno" es "cansado"

No se cómo será tener un bebé que duerme mal, come de forma dificultosa, tiene cólicos, etc... pero seguro que es agotador.

Lo que sí se es que si es bueno (Martina es un cielo) es muy cansado, aunque nunca una tarea tan agotadora la realizas con tanto entusiamo. Siempre he dicho que me encanta sentirme cansado, ahora me gusta mucho más.

El problema es el "envalentonamiento", es decir, "como Martina se porta muy bien, ¡¡vamos a movernos!!". Y no te das cuenta que en cada movimiento arrastras una losa de "cachiperris" y "cuidados varios" de la que no eres consciente. Estoy como un niño que descubre algo nuevo cada rato y me he dado cuenta de... ¡¡qué feliz es la insconsciencia!!, acabo reventado, sí, pero feliz.

Nos apetece ir a la piscina... ¡pues adelante!, que Martina ni se va a inmutar. Dicho eso y tras el consiguiente brinco del sillón, empieza el rosario de "temas a tener en cuenta" y para cuando llegas a la piscina Martina está feliz, sí, pero sus padres ya llegan exhaustos. Luego viene la vuelta, que es tan cansada como la ida, pero un poco más, porque llueve sobre mojado.

Lo apasionante de esto es la pueril y primeriza "inconsciencia" (relativa) que nos invade. Siendo así, puede más la ilusión que el enfoque práctico, pero... ¿qué más da eso?. No estaré tan cansado si tengo fuerzas hasta para contarlo...

martes, 14 de julio de 2009

Un rollo

Curioso cómo Esquerra Republicana dogmatiza todo lo "español", con una actidud frentista y luego pone el cazo pidiendo 3.800 millones de euros a los españoles para aceptar el modelo de financiación autonómica, debe ser que no le gusta nada español excepto el dinero. Tremendo mensaje el que recibimos: la pasta, y por lo tanto, el criterio de justicia de inversión territorial en España la decide alguien que nos pone la letra escarlata en cada discurso. Para atar al perro usamos longanizas.

El otro mensaje es que el dinero se reparte con un segudno criterio: el del cálculo parlamentario del gobernante de turno. Lo de siempre, me aburre hablar de esto.

Ni hablamos de las ayudas al bilingüismo, muy lícitas ellas, pero igual de necesarias en otras regiones que necesitan de otro tipo de bilingüismo también, si no, ¿cómo van a ser competitivas?. Por cierto, las nomenclaturas no se si son las mejores, ya que las autonomías más "avanzadas" y dinámicas cuentan con un fondo de competitividad y las menos desarrolladas con uno de cooperación. Vaya, hombre.

miércoles, 8 de julio de 2009

Cronología de un parto

No recuerdo haber utilizado este blog para describir, en realidad el propósito es simple: colmar mi inquietud por la escritura contando de forma sencilla aquello sobre lo que pienso.

Por ello una cronología podría escapar del objeto del blog, pero más allá de éste está hacer lo que me apetece.

A las 00:30 (aproximadamente) del domingo 28 (noche del sábado al domingo), mientras cenábamos en la terraza de la casa de Pablo, Merche y Adrián, Raquel me miró y me señaló discretamente que algo pasaba. Enseguida comprendí que tenía que ver con el posible parto de "Mar". Raquel se retiró al baño y en el momento decidimos marchar.

Mientras regresábamos andando a casa un montón de dudas no encontraban respuesta, a pesar de todo se mezclaban sentimientos de ilusión e inquietud, siempre dentro de una calma razonable.

Al llegar a casa nos empezamos a dar cuenta que podría ser que Raquel hubiera "roto aguas", esto que en el cine parece muy espectacular en realidad no es tan fácil de identificar, sobre todo para dos primerizos con ojos como platos.

Avisamos discretamente a su madre, dejamos atrás a algunos conocidos que tomaban el fresco en la terraza del bar y con más fachada que realidad, nos fuimos al hospital "como si eso fuera de lo más normal". La inminente abuela explicaba que si "no eran aguas sucias" mejor. ¿Aguas sucias?. Otro concepto más para mi maltrecho diccionario de neopapá.

Yo conducía, deliberadamente despacio, mientras a pesar del momento algo había que me calmaba.

Enseguida pasaron a Raquel a la zona de paritorio para examinarla, una ¿enfermera? salió a contarnos que efectivamente Raquel había roto aguas, que a lo largo del domingo tendríamos al bebé y que de momento, sin contracciones, debíamos pasar la noche "en planta" para que a primera hora de la mañana volvíesemos a la zona de paritorio.

El rato de espera fue algo tenso, no recuerdo haber sido capaz de sentarme y la "abuela" gastaba gesto serio. No podía ser de otra manera.

Nos hicimos las fotos preceptivas con futuros abuelos y con "Susi" y "Jacin", unos tíos de Raquel encantadores, como todos. De ahí todo el mundo a casa y Raquel y yo pasamos la noche en la habitación del hospital.

Apagamos la luz y en el sillón, mientras me hacía el dormido, los sentimientos y sensaciones volaban, con algo de desorden pero con esa calma que no se de dónde salía.

Serían las 4 de la mañana cuando Raquel empezó a tener contracciones, mis inexpertas piernas temblaron mientras me acercaba a preguntar a las auxiliares que hacían noche en la planta. "Está muy verde" me decían, ¿se referían a mi o la madre?.

La intensidad de las contracciones fue subiendo y avisamos a los abuelos, que imaginamos que preferirían saberlo. Sobre las 5:30 ya estaban de nuevo en la habitación.

Contábamos lo que duraban y el tiempo que pasaba entre una y otra con poco acierto, entre nervios, desconocimiento y algo de cansancio no era fácil atinar.

Sobre las 9 ó 9:30 vinieron a llevarse a Raquel a la zona de paritorio, entonces ya había más familiares con nosotros, bajé en el ascensor con ella y nos despedimos porque yo no podía pasar con ella. Ese fue el momento más "duro" que pasé, me costó un rato lograr relajar la tensión de tantas horas. Nunca olvidaré la cara de Raquel en ese momento. Cómo me alegro de tener a mi lado a alguien tan... fuerte.

En ese momento ya estaba por allí una tía de Raquel (Puerto) que trabaja en el hospital y cuya presencia y ayuda ha sido impagable. Gracias.

A partir de ahí, la interminable espera y el apoyo infinito de innumerables familiares y amigos. Pocas noticias y mucha especulación.

Hasta que llegó el momento en que me ofrecieron entrar. Se me debió caer por algún sitio mi aprensión y sin pensarlo de un salto estaba junto a Raquel. Estaba muy cansada, de no dormir, de no comer y de las contracciones, se me abrían las carnes de ver cómo le dolían. A pesar de eso, dilataba muy lenta.

Junto a nosotros siempre estaba Puerto y en la habitación de al lado otra parturienta que nos ponía a todos en antecedentes.

La noción del tiempo en ese momento ya estaba perdida, la comadrona ofreció a Raquel acelerar el parto con ¿oxitocina? y Raquel accedió. A partir de ahí todo fue más rápido, las contracciones se hicieron más fuertes y vino la epidural.

En ese rato tuve que volver a salir, la expectación fuera era enorme, no recuerdo quién estaba y quién no. Al rato me volvieron a llamar para entrar, todo estaba preparado, ¡hasta yo!.

Aguanté el parto junto a Raquel, con ayuda de un milagroso abanico que había a mano y de una cocacola que un rato antes me había traido Carlos, lo justo para no caer. Recuerdo sentir calor y mucha emoción. Al mismo tiempo otra Raquel estaba dando a luz a otra niña, con lo que las carreras de la ginecóloga, la comadrona y la auxiliar eran de cine.

Raquel pasó un mal rato, a Martina le costó salir, pero finalmente salió. Tanto ginecóloga como comadrona auguraron una niña y ¡acertaron!. Cuando la comadrona sacó definitivamente a Martina, la puso encima de Raquel y dijo que era niña aquello ya era un desenfreno total. Logré a pesar de todo atinar a para hacer un par de fotos, cogí aire y salí a contarles a todos que por fin había sido niña y que Raquel y ella estaban muy bien. Uffff, el mejor momento de mi vida. Ese, y el ver la cara de Raquel con una sonrisa interminable. Impagable.

Oficialmente Martina nació a las 14:25h, yo creo que fue algunos minutos antes, ya que con tanto trajín me pidieron mirar a mi la hora y nos acordamos "algo tarde".

De ahí hasta ahora tenemos entre nosotros una niña preciosa, comilona, dormilona y de carácter tranquilo. Crece y espabila por momentos.

Es la niña de nuestros ojos.

martes, 7 de julio de 2009

La Presidenta

Martina ya preside, menos mal que lo hace con guante de seda.

Preside el restaurante de sus abuelos, con una foto suya que enorgullece al que la muestra, que no se ha podido contener y ha tenido que entronarla allí mismo.

Preside la habitación de sus padres, desde su cama presidencial donde recibe los parabienes dignos de una jefa de estado.

Además tiene toda un rista de ositos, hipopótamos, conejos y demás fauna que la escoltan allá donde va.

Tiene su coche presidencial que por supuesto no conduce, con chófer y sin banderitas.

Recibe sus baños preceptivos, sus comidas puntuales, se la peina y perfuma.

No le faltan trajes de estreno, pendientes y complementos varios, ya se sabe que "a parte de serlo hay que parecerlo".

Ahora duerme la siesta, es lo que tienen las comilonas de protocolo

jueves, 2 de julio de 2009

Mi post más deseado

Escribo yo, pero los dedos los mueve una niña que se llama Martina que viste de blanco, con pijama grande del que asoman una pies enormes, unas manos recias y una cabeza redonda con ojos rasgados.

La sensación no cabe en un post, seguramente por la limitación lingüística del que suscribe y por la inmensidad de matices.

De la incertidumbre de la rotura de aguas hasta aquí he estado subido a una montaña rusa que no se dónde me ha llevado. Creo que ahora estoy como un Indiana Jones perdido en un oasis tratando de reconocer el hermoso terreno que le rodea. Pero encima no estoy sólo. Comparto la belleza.

Las curvas son más suaves junto a Raquel, no porque ella sepa dónde vamos, si no porque llevar un espíritu sano y valiente junto a uno templa la vorágine.

Como no podía ser de otra manera el viaje empezó durante la cena del sábado, en una terraza de unos amigos, siguió con largas horas de cierta fatiga y terminó conmigo besando la habitación donde pasé mis tres noches más felices.

Nos rodearon y apoyaron un sin fín de familiares y amigos, sin ellos esto hubiera sido imposible. Gracias a todos, ojalá os pudiera listar, pero tenemos la tremenda suerte de que sois demasiados. Os queremos mucho.

Martina ahora está comiendode de las entrañas de su madre. Me encanta escribir, pero ahora prefiero disfrutar del oasis que os contaba y además se me agotan las palabras.

Suerte