jueves, 30 de septiembre de 2010

15 meses

Y tres días. Eso cumple hoy Martina

15 meses que crecen y rejuvenecen. 15 meses ojipláticos, de risas, aprendizajes y pequeñas luchas.

Le pregunto si me quiere. Impía me responde con un no rotundo.

El "no" le gusta más que el "sí".

- ¿Vas a ser buena?

Pregunto

- ¡No!

Esputa

Con ojos alicaídos se despierta como si el sueño no fuera con ella. Llama a su mamá y a su papá. Salto de pértiga para llegar el primero y... te llevas el único abrazo fugaz del día. Te regalará alguno más, pero no te vayas a acostumbrar.

Sabe correr. Corre mejor que anda. Es su forma y su modo. Manos al equilibrio, mofletes brincando y pelo desordenado. Le gusta correr.

Ella marca la distancia correcta en cada momento. Cuidado con traspasarla.

Es pequeña. Es más mayor de lo que nos parece.

Es el solete que alumbra cada instante.

¡¡Es mi niña!!.

martes, 28 de septiembre de 2010

Andrea

Fue ayer lunes, tempranito, un poco pasadas la 7 a.m. que Andrea accedió a que la conociéramos.

Es alta y fuerte. Y para tranquilidad espiritual de sus padres, come bien.

Fue un parto duro, para volver a demostrar la fortaleza natural de las mujeres, capaces de aguantar lo que a nosotros nos llevaría a la más insoportable queja continua.

Martina ya tiene aqui a su prima. La llama, dice que la quiere conocer y que quiere jugar con ella. Para ello deberá conseguir lo que no tiene: paciencia.

Enhorabuena a su padre, que promete infinita paciencia con su bebé. Ya irá sabiendo Andrea lo que vale eso.

Enhorabuena a su madre. Es fuerte y lo ha demostrado. A ver si puede empezar a disfrutar de su hija lo antes posible, que se lo tiene muy bien ganado.

Andrea, ¡¡bienvenida!!. Tu prima tiene mucho que celebrar

jueves, 9 de septiembre de 2010

Para regalar

Conozco a uno que escribe sobre tiburones, sí, sobre esos directivos y ejecutivos ambiciosos que en una iluminación genial alguien llamó tiburones y con ello se han quedado.

Escribe sobre ellos para limpiar su trasero explicando lo malos que son.

Los señala con el dedo con aura angelical mientras patea el estómago a quien haga falta al más puro estilo ejecutivo matón.

Social preocupado de traje, tiene los puños magullados de pegarle por la espalda a quienes se creen lo que escribe.

Compra en trastiendas de moralidad lo que vende en el corte inglés.

Valiente fulero