De momento, hasta aquí hemos llegado.
Son diferentes las causas, más laborales que otra cosa. No se encuentra entre ellas el cansancio de escribir, que sigue siendo el único arte que me atrevo a profanar.
Gracias por leerme. Escribo para mi, pero me gusta compartirlo. Y reconozco que me gusta gustar.
Salud
martes, 16 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)