Ajo y mantequilla

Decía Victoria Beckham que España olía a ajo y que eso le causaba rechazo. Debe ser verdad porque gasta cara de asqueo continuo, igual se le puso esa cara mientras vivió aquí y no se le ha vuelto a quitar. Lo sentimos.

Cerca de mi casa han abierto un "kebab", vamos, que un bar se ha decidido a ofrecer esta "carne" a la parilla que tan de moda está. Supongo que de Kebab original tiene lo que yo de corista rusa y el tema no pasa de "fast food" al uso.

Al pasar por allí, el olor que desprende (a mantequilla caliente desde mi punto de olfato) me recuerda al olor de muchas calles inglesas; no es que yo sea un gran conocedor de Inglaterra, pero de lo que conozco eso me llama mucho la atención.

El ajo contra la mantequilla caliente, casi nada, ¿qué olor prefieres?. Ambas opciones son muy dignas, pero yo, ¿qué puedo decir?, me quedo con mi ajito, tan blanquito él, tan resultón, tan mediterráneo.

Debe ser que me pongo la boina a rosca y no veo más allá del aceite de oliva, el jamón y el ajo. No soy yo persona de ideas fijas, pero entre ajo y mantequilla, querida Victoria... piénsalo bien, anda.