lunes, 21 de septiembre de 2009

¿A por otra "generación perdida"?

Las etiquetas son injustas pero ilustrativas, así que para ayudar a la comprensión de sus estudios y análisis los sociólogos las usan con cierta gracia.

La gracia se cuela por el sumidero cuando de lo que hablamos es de "generaciones perdidas" como corre el riesgo de renombrarse alguna de las nuevas generaciones que van emergiendo en "estos días inciertos en los que vivir es un arte", como dice el cantante.

La primera generación perdida es... la que a mi me toca, más conocida como Generación "X". A caballo entre la generación "baby-boom" de la posguerra mundial y la "generación Y" de los jóvenes nacidos entre el 80 y principios de los 90. En el medio, nosotros. Sin guerras ni grandes depresiones, somos hijos de la última etapa de la revolución industrial, de la tv en color, de la clase media y la producción en masa que tan bien explicó su "papá" Henry Ford: "nuestros clientes pueden elegir libremente cualquier color de nuestro modelo "T", siempre que sea el negro". Hijos del sueño americano, del buen trabajo y del estado de bienestar, de la sociedad de clases en definitiva ahora nos tenemos que adaptar al "nuevo paradigma" que ha supuesto la socialización de la tecnología sin haber nacido con ello. Los "baby-boomers" son los ricos de ahora, la generación "Y" los que tienen el futuro en sus manos y nosotros... pues una posible "generación perdida". Eso dicen. Yo no estoy tan seguro,

En todo caso, el problema es que estemos creando una nueva generación perdida: la de los jóvenes que se incorporan al mercado de trabajo, segmento donde el desempleo y la "mileurización" atizan con más ahínco. El frenazo económico les deja con pocas opciones, la baja competitividad española con menos y la "comoditización" de nuestros servicios casi sin ninguna. Unos años más así y se encontrarán creciendo en edad pero sin crecimiento profesional, avocados a trabajos de escaso valor y atrapados por el magma de la sociedad "low cost". Sin oportunidades, en definitiva.

No tengo la fórmula, pero imagino que un plan a largo plazo de focalización en industrias de alto valor donde seamos competitivos, el incentivo real a la iniciativa privada, la formación y un espíritu más flexible pueden ser buenas palancas para tocar. Desde luego, imposible pensar en ellas con este contexto político de partidismo integrista y de oportunismo burócrata.

No hay comentarios: