martes, 30 de septiembre de 2008

Ele y ele con el currele

Me han contado este fin de semana innumerables anécdotas de gente con pocas ganas de trabajar, lo curioso es que campa la idea de que "la gente no quiere trabajar", del poco interés general por el trabajo, etc...

Trabajar es un fastidio por definición (si yo pudiera trabajaría Rita, la que canta), pero entonces no vale hacer trampa viviendo del trabajo/fastidio de los demás

Sin ánimo de pisar ningún callo y menos ahora que la doctrina liberalista está en la picota, me pregunto, ¿este modelo social de "subvención indiscriminada" no nos adormece un poco?. Estoy cansado de oir la típica frase: "ahora me cojo unos meses de paro y..."

Entiendo que el equilibrio es difícil y la injusticia un precipicio muy grande, hay quien dice que "ser bueno es fácil, lo difícil es ser justo", pero de ahí a la extrema facilidad de vivir de los demás hay un paso grande. A lo mejor caben opciones para evitar estas políticas acomodaticias, no se, a bote pronto y sin mucha reflexión se me ocurre alguna que seguro que por obvia ya ha sido pensada y rechazada por alguna razón de peso:

¿No podríamos, en según qué casos, pedir a los parados que cobran por su desempleo, que desarrollen trabajos sociales como contraprestación?, siempre que no les impida buscar trabajo remunerado, claro.

Al menos así hay un intercambio de valor social; la sociedad, como es su obligación le ayuda mientras busca trabajo (¡¡no mientras no quiere trabajar!!, que eso es un fraude a sus vecinos) y él/ella ayuda a la sociedad con trabajos de bien común aptos para él/ella.

El beneficio es doble, puesto que además de ese valor mutuo entre ambos (sociedad y desempleado/a) es una política que desincentiva la picaresca, tan española ella.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Alex; tienes mucha razon con tu propuesta de la contraprestación, seria la mejor no lo dudes, pero quizas no has pensado en la politica y los politicos, eso de verdad, no les traeria votos, y ya sabes. . ..
Un coridal saludo

Alex Mariño dijo...

La política, en su peor acepción, todo lo ensucia, sí.

En todo caso, desde un punto de vista electoralista, beneficiaría a un 85% de la población ocupada y "perjudicaría" a un 15%, salen ganando...