jueves, 21 de agosto de 2008

Muchos impactos para un día.

Ayer fue un día curioso. Impactante. Me pasaron muchas cosas en poco espacio de tiempo. El día se presentó "juguetón"

¿Cómo no?, coincidió con un viaje a Bilbao. Son así.

En el aeropuerto nos encontramos a José María Ruiz Mateos, en si no tiene nada, pero puestos a contar, ya lo incluyo. Personaje pintoresco.

En el avión llegando a Bilbao acabé el libro de "Los Girasoles Ciegos". La historia está bien, la capacidad descriptiva del autor impresionante. Un poco triste, pero muy recomendable. Nuevo impacto.

Fuimos a comer a un restaurante y me encuentro que nos sirven el segundo plato con el plato al revés, ahí va documento gráfico. Debe ser que la nouvelle cuisine es así.


Poco después nos enteramos del accidente en Barajas, hacía apenas un par de horas que nosotros habíamos despegado. Nos dejó algo fríos. (Hoy, por retrasos nos hemos tenido que volver en coche). Un gran aficionado como yo a los aviones es lo más alentador que puede escuchar... Más aún cuando en los MD-82 de Spanair "me he jartao" a montar, casi cada semana yendo y viniendo a Málaga.

Al ir al hotel a dejar las maletas, ooootra sorpresa. Cuando vamos a Bilbao solemos alojarnos en el Carlton (en la Plaza Federico Moyúa). Es un buen hotel, de muchas estrellas, de aspecto elegante, serio, etc... y al entrar nos encontramos esto pero con más de 200 personas tomando vinos, cañas, etc.... Incluido música, por supuesto. Es la semana grande de Bilbao y no lo perdonan, claro. Al lado de este "follón" había un stand emitiendo en directo de Punto Radio y Manolo Molés y Antoñete grabando un programa de televisión. ¡¡Menudo cambio!!


Dejamos las maletas, descansamos un poco y fuimos a la plaza de toros. Nos invitaron y, ¿cómo no?, siendo vascos los "invitadores" fuimos a barrera, sombra, etc... vamos, al mejor sitio que encontraron. Nunca había estado en una corrida de toros y jamás me ha llamado la atención. Pero la fiesta taurina me esperó "a porta gayola", dispuesta a sorprenderme

Estuvimos junto a la puerta por donde salen los toros, y nada más comenzar la corrida, con el primer toro, al primer torero, a unos 8-10 metros de mí, se le ocurre hacer esto esperando la salida del toro:


Ya imagináis el escalofrío desde la nuca hasta los pies. Casi tengo que apartar la mirada. Creo que no pestañeé el resto de la corrida. Por cierto, la arena de la plaza es negra, nunca lo había visto, luego me explicaron que es la única plaza que tiene la arena de ese color. No me extraña.

Para rematar la faena, cenamos en la terraza del Restaurante Etxanobe, en el Palacio Euskalduna. Coincidió además con un espectáculo de fuegos artificiales. El restaurante ya lo conocía, pero el lujazo de cenar en una terraza así es mareante. No hace falta que hable de la cocina vasca, ¿no?. Más aún si el restaurenta "de turno" tiene 1 estrella michelín


Por los problema de hoy en Barajas, hemos vuelto en coche. Nos han proporcionado el coche con chófer, etc... Son vascos, todo lo hacen a lo grande, todo perfecto.

Y así es, un viaje al País Vasco siempre sorprende. No es casualidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo del plato al revés un puntazo que no te menees... nunca lo había visto!

Que tiempos modernos nos toca vivir!

Un abrazo