viernes, 23 de octubre de 2009

Pidiendo paso

Ayer tuvimos una nueva demostración de cómo Martina crece por momentos. A parte de haber engordado en una semana casi el doble de lo que es "normal", lo más impresionante es su adaptación e inclusión en el entorno.

Por cierto, esto del "engorde" y del "crecimiento" de los bebés es curioso, ya que parece una competición a ver quién es más grande; el orgullo del volumen se me hace difícil de entender, me suena a un herencia atávica de la posguerra donde se valoraban mucho estas cosas como signo de salud y bienestar. Las madres y padres lucimos orgullosos los gramos de nuestros bebés, a bombo y platillo vociferamos su aparente inquebrantable salud medida en términos de tonelaje. No lo entiendo muy bien.

A lo que iba, ayer decidimos salir a cenar y dejar a la niña con su abuela... y la niña, que ya va entendiendo algunas cosas de las que le rodean, dijo que por esa no pasa. Fue darse cuenta de la asuencia de su madre y empezar a patalear hasta su vuelta. La llegada la retornó a la risa y al gorjeo. Soy primerizo y... ¡¡no me lo puedo creer!!. Tendrá que acostumbrarse, como todos los niños, pero de momento ha demostrado que bebé, sí, pero tonta del todo, no.

Aviso a navegantes.

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