El otro mensaje es que el dinero se reparte con un segudno criterio: el del cálculo parlamentario del gobernante de turno. Lo de siempre, me aburre hablar de esto.
Ni hablamos de las ayudas al bilingüismo, muy lícitas ellas, pero igual de necesarias en otras regiones que necesitan de otro tipo de bilingüismo también, si no, ¿cómo van a ser competitivas?. Por cierto, las nomenclaturas no se si son las mejores, ya que las autonomías más "avanzadas" y dinámicas cuentan con un fondo de competitividad y las menos desarrolladas con uno de cooperación. Vaya, hombre.

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