martes, 28 de julio de 2009

Un mes

Hoy hace un mes que nació Martina, a estas horas estábamos entre epidurales, contracciones, sudores y un amasijo de emociones revueltas.

En un mes he aprendido algunas cosas, la más importante es que el "tu" cuando dices "tu hija" no es un adjetivo posesivo si no un adjetivo "de filiación" que determina tu responabilidad y no tu dominio. Vamos, que Martina no es "mía", es "suya", pertenece a ella sóla, yo (con su madre, claro) simplemente he asumido la responsabilidad de ayudarla a que así sea, casi nada.

A partir de ahí, palmada en la espalda y... ¡suerte, papá!. Todos sabemos que no aplica aquí ningún axioma y que la intuición y la mejor disposición son tus viejas amigas.

Vivimos como funambulistas y con niños la acrobacia llega al "más difícil todavía", en estos momentos las sociedad, en general, no está montada para atenderlos y en la querencia de superhéroes que nos autoimponemos los niños a veces son los calzoncillos que van por fuera.

Martina, cuando se despereza, echa el freno de mano a la vorágine, ¡¡qué suerte tengo!!.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Coleguita, una vez mas coincidimos en lo expuesto, sobre todo en el primer punto, has dado en el clavo con la distincion de mi o tu hijo/a, pero son tantas veces las que se les confunde; espero que con esta aclaracion que haces y que nos ayudan a los demas, sigas siempre contento con "tu" hia y "tu" mujer.
Una vez mas enhorabuena