miércoles, 15 de octubre de 2008

Tienes un coche y pagas 4

Algo falla si todo depende de unos tíos, los bancos, que cuando les va bien les dejamos hacer y cuando les va mal les curamos las heridas. Es como el niño caprichoso y malcriado. Juegan con el arbitro "comprao" y el partido "regalao". Es como la ley del embudo, para ellos muy ancho y para los demás muy estrecho, tienen las cartas marcadas.

¿Nadie se va a responsabilizar?, como a los malechores igual deberíamos poner las caras de los culpables en posters colgados de las ciudades. Si tienen algo de vergüenza al menos se pondrán colorados, no se. Sacaremos juegos de móvil donde gane el que más dardos clave es sus cabezas, espero.

Supongo que a los que ayudemos se bajarán los sueldos, ¿no?, por decencia. Y lo que ganen con las ayudas lo repartirán.

Claro que por orden de importancia, otros sectores también son muy importantes, no tanto como los bancos, ya, pero ojo, ¿cuántos empleos supone el sector automovilístico?, ya están pidiendo ayudas, vale, ¿pero también se van a bajar los sueldos?, si les tenemos que ayudar su aportación es menor, por lo que tendrán que cobrar menos.

Los liberales son los que se blindan el puesto y los sueldos, ¿no?. Blindaje y liberalismo me suenan a antónimos, son liberales para el resto, no para ellos.

De todas formas da igual, aunque no se hayan blindado el sueldo, ya saben que cuando les vaya mal les intubaremos.

Ya sabes, si quieres un coche lo pagarás 4 veces, una al comprarlo, otra al banco que le has pedido el préstamos, otra cuando rescates con tu dinero (tus impuestos) a ese banco y otra cuando rescates al fabricante/concesionario. Tienes un coche y pagas 4. Ese es el liberalismo de los sueldos blindados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Alex, no es menester tanta fuerte, solo que se cobrase de forma razonable, y no siempro son los ultraliberales, los que trabajan; pero claro esta la mano invisible (y tan invisible) que regula el mercado, pero esta vez una vez mas fallo, que paguen correctament por sus culpas segun las leyes, y no les clavemos nada