miércoles, 22 de octubre de 2008

Más sencillo de lo que parece

Nuevo periplo vasco y nueva sorpresa.

No es que se me esté poniendo el RH positivo, pero ante la sorpresa yo respondo con letras.

He aquí un paradigma (palabrota que no debe faltar en el lenguaje de un yuppie que se precie) de nueva gestión empresarial

El caso es que ayer comí en un caserío perdido en un monte con una forma de hacer restauración muy curiosa.

Lo primero que me llama la atención es que sólo abren de lunes a sábado a mediodía, y no por falta de clientela, ya veréis que no le falta, si no por pura convicción de la multinacionalmente manida "cambinación de vida profesional y personal". Todos sabemos de la abnegada vida del hostelero; pues ellos lo tienen superado.

Lo segundo es que "ahí no puede ir cualquiera", sólo clientes "de toda la vida", no por clasismo ni exclusión, si no porque no caben más. Sólo comes con reserva previa.

Lo tercero es que no hay menú, el día que vas a comer te llama el dueño por la mañana y te pregunta qué quieres. Él recomienda según calidad de las piezas de carne o pescado que puede conseguir y su precio de mercado, a partir de ahí elijes tu a menú cerrado.

Lo cuarto es que no tienen nevera, no hacen stock de producto. Compran al día lo que saben que van a vender.

Lo quinto es que siempre trabajan con los mismos proveedores, sin miramientos de precio, lo importante es la calidad. A cambio, los pescateros y carniceros reservan lo mejor para ellos.

Todos estos conceptos están más que "sobados" por la teoría de gestión empresarial, le pones un nombre rimbombante anglosajón y ya lo tienes: just in time, supply chain management, customer relationship management, brand engagement, etc...

Todos dicen que lo hacen pero nadie lo consigue, con honrosas excepciones a la regla, como la de este restaurante cuyo dueño no ha estudiado en Harvard.

Hala, a la escuela otra vez...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El no habra estudiado en esa universidad que dices, pero aquellos que por mera coincidencia tropezamos con tus escritos, nos extraña que siendo de habla castellana, uses ciertas expresiones que vendran bien a aquellos que lo hablen, pero recuerda que el castellano, tan humilde y vilipendiado, es la segunda lengua del mundo, no nos de vergüenza usarla sin añadidos tontos.

Anónimo dijo...

Bueno, trataba de ser una crítica precisamente de eso.

En todo caso, parodiando el famoso chiste del gato; el blog es mío y lo escribo como quiero, jaaaaajaja

Alex