lunes, 15 de junio de 2009

Del verde esperanza al brote hastiado

El electoralismo ejerce una influencia obscena en el quehacer político, eso lo sabemos todos. Pero cuando el cinismo nos hace saltar de la sensibilidad por el problema personal del parado a la fría calculadora del porcentaje de voto sin una estación intermedia de descompresión, al que les paga no le le queda más remedio que blasfemar (recurso fácil del pataleo inútil) por la sonrojante inconsistencia del burócrata a sueldo.

Además de subir impuestos con alevosía y premeditación postelectoral, no se atreven a meterle mano al alcohol y sí al tabaco. Otra vez haciendo política con su calculadora trucada. Es que el tabaco es malo y mejor ponerlo más caro, es por nosotros. Gracias.

Del verde preelectoral al negro postraumático. Infame. Al menos han puesto sobre la mesa unas cifras que comparten los entendidos en economía. Ahora. Los presidentes de gobierno tienen un síndrome: el del engreimiento del segundo mandato. Que alguien se lo haga mirar.

Contra eso; planes de poner y quitar zanjas, subida de impuestos, inmovilismo en el mercado de trabajo, más puestos de trabajo públicos, desorden entre administraciones, ... vamos, atando los perros con longanizas o lo que es lo mismo, dándole anestesia al adormilado.

Me da la sensación que algunas cosas funcionan, sí, a pesar de ellos.

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