jueves, 26 de febrero de 2009

Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana

Lo que pasa es que ahora al intentar saltar se estampa porque la ventana está vieja, oxidada, chirría y no funciona y con la que está cayendo cualquiera la repara.

Así que con un ojo morado, el amor prefiere quedarse al calor del brasero, que más vale invierno contigo que verano sin comer.

La crisis acecha y los divorcios esconden las orejas, no vaya a ser que les descubran y les vuelen la tapa de los sesos. El amor sabe de física, de química y ahora de contabilidad. Hasta se ha comprado las puñetas, el flexo y la gorrito.

Leía ayer que estamos pasando la hora del "consumismo" más desaforado; pasando el año "con su mismo" pantalón, "con su mismo" coche e incluso "con su mismo" marido. Y ahora encima ha dejado de ir al gimnasio y está más feucho que nunca.

El divorcio, aunque exprés, se viste con traje caro y ahora no tenemos el cuerpo para esos bailes. Mejor mal juntos que peor separados. Por aquello que "lo mejor es enemigo de lo bueno"

Decía hace muchos posts que "antes de casarte debes pensar si tu futuro cónyuge será un buen ex", de momento ya ha dejado de ser un factor limitante. Basta con hacer de la necesidad, virtud.

Así que igual que ahora estiramos el cocido del sábado con unas croquetitas de los sobrantes, debemos estirar al maridito, que es lo que hay

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto daría para una contestación muy larga, dónde volveríamos a hablar de la "crisis de valores" de la sociedad. Sin embargo, resumiendo, quiero creer que la escasez de bienes materiales y superficiales, nos hace tomar perspectiva de las cosas realmente importantes y nos impide despistarnos con cosas superfluas y vanas al fin y al cabo.
Prefiero pensar que la sociedad mantiene algo de humano.
Un saludo!

Anónimo dijo...

Me uno al anterior comentario, y añado, quizas seas demasiado joven y tengas que aprender algo mas que los conocimientos adquiridos para jerecer tu profesion.

Alex Mariño dijo...

Eso es lo curioso, cómo "la crisis de valores" despacha con la "escasez", un poco al estilo Groucho Marx; "estos son mis principios, pero si no le gustan también tengo otros"

Anónimo dijo...

Igual el problema de la crisis de valores es esa frase de Groucho Marx, no?
O no estoy entendiendo bien la última entrada en la discusión...

Alex Mariño dijo...

Coincido contigo, ese es el problema.

Derivado de un montón de cambios sociológicos, económicos, demográficos, geopolíticos, científicos, etc... nuestra sociedad (occidental) ha asumido nuevos valores, muchos de los cuales son muy válidos, pero algunos son más discutibles, menos sostenibles.

Esos valores "discutibles" se demuestra que son de bajo calado cuando ante un cambio "repentino" de realidad (crisis), varían. Por ejemplo: el hedonismo en las relaciones maritales.

De ahí el título del post. Ese "nuevo valor" (hedonismo) que entra en crisis a la primera de cambio demuestra su bajo valor real. Es un valor oportunista.

Anónimo dijo...

Me temo que el hedonismo no es ni discutible, ni oportunista... No es valor en sí mismo. Por lo que la entrega a estos conceptos es lo que nos lleva a "la crisis de valores" (un foco en cosas que no son valores).
No hay valores, porque todo nos ha resultado tan sencillo y tan cómodo, que queríamos más, buscábamos más, sin apreciar lo que tenemos (lo cual es muy humano, muy nuestro).
Esta búsqueda hace que nos da una insatisfacción permanente, que conlleva, entre otras cosas, el aumento en la ruptura de matrimonios.
Ahora, en la escasez de bienes materiales, o de medios para conseguirlos, tomamos perspectiva y nos agarramos a algo que nunca nos ha fallado, a la gente que nos quiere. Y es entonces, cuando aprendemos a querer y por ello, a ser felices.
Por eso, creo que, aunque procede de la crisis, no creo que se deba a cuestiones meramente económicas de "con-su-mismo".
Es una teoría,
Un saludo!

Alex Mariño dijo...

Eso es. Como siempre el riesgo está en la mesura y ese equilibrio tiene difícil encuentro.

Vamos, que el divorcio está bien, es un claro adelanto y un derecho vital, que en muchos casos requiere de valentía y arrojo. No vayamos a demonizarlo.

Chema dijo...

No demonicemos nada, pero tampoco le encumbremos a nadie... El divorcio es una manifestación de la libertad humana. De ahí a que sea algo objetivamente bueno, hay un trecho.
Aunque ya es otro tema.
Ha sido un placer, pero estaré al acecho (jejeje).
Un saludo!