- "No quere ir a la guaderia".
- "¿No quieres ir a la guarde, hija, pero si te lo vas a pasar muy bien?"
- "No quere". Frunce el ceño.
- Pose de padre que sabe lo que hay que hacer. Con tranquilidad, firmeza y sonrisa real en la boca: "Venga, Martina, que nos vamos a la guarde"
Recula un segundo, al siguiente ya ha brincado hasta la puerta. "¡A la guade!".
Las escaleras las baja andando, parándose distraida en cada peldaño.
- "Veeenga princesa, ¡que nos vamos a la guarde!"
Salimos de casa y todos son pequeñas carreras, bruscas paradas, sonrisas a los paseantes y explicaciones ininteligibles.
La guardería aparece tras doblar una esquina en cuesta, a unos 20 metros de distancia y ella dice: "Adiós, papá".
"Dame la mano, Martina, que vienen los coches". Obedece, pero su padre le ha dejado de importar, ¿cómo le iba a importar si ahora le esperan casi 3 horas de juegos y niñ@s por todos los lados?.
En su terreno, tío, no te metas, que ya lo maneja ella. ¡Cuidadito, eh!
viernes, 25 de febrero de 2011
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1 comentario:
Niña bonita, sociable, encantadora.
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