martes, 12 de mayo de 2009

Llame usted mañana

No hay baja que por bien no venga y como mi brazo me ha dejado fuera de onda durante unas semanas he aprovechado para descubrir un par de verdades de "la micro-economía real" a veces tan lejanas de los macro-análisis.

La primera es que me he visto mendigando presupuestos para hacer una pequeña obra. Salvo esperanzadoras excepciones, seguimos anclados en una mentalidad de "abonados" en vez de clientes. Pides presupuestos que suponen facturación para pequeñas empresas de reformas, carpinterías metálicas, pinturas, etc... y te descubres persiguiéndolos para darles el trabajo, te invitan a volverles a llamar para ver cuándo te pueden atender.

Zapatero clama por "cambiar ladrillos por ordenadores" (¿reestructuración sectorial?), todos por cambiar el modelo educativo, etc... pero, ¿cómo se logra cambiar esa forma de actuar?. Es difícil ser competitivo así.

Heredero del burócrata "vuelva usted mañana" he descubierto el "llame usted mañana".

La segunda es la relación entre economía sumergida y crisis; son vasos comunicantes auspiciados por políticas sociales acomodaticias. Una vía de reducción de costes que encuentrar las pequeñas empresas es mandar al paro a sus trabajadores aunque sigan trabajando y cobrando. El riesgo de la inspección laboral es bajo, la minoración de costes evidente y el beneplácito del sistema de seguridad social asegurado.

Yo seguramente haría lo mismo y obviamente no vamos a juzgar un modelo de bienestar por sus trampas, pero es que éstas son tan generalizadas que a lo mejor merece pensar bien su base conceptual; ¿es mejor sólo proteger o también incentivar el empleo, la productividad, la iniciativa privada, etc...?

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