lunes, 28 de junio de 2010

1 año

Son las 13:45h. A esta hora estábamos en pleno parto, a 30 minutos del nacimiento definitivo. Raquel sufriendo lo que la naturaleza debería haber pensado en hacer de otra manera. Yo abanicándome, con los ojos como platos, el corazón desbocado y las manos frías.

Allí empecé a comprender una de las fuerzas de la naturaleza: el sacrificio de la paternidad y lo alucinante que es sentir como uno está dispuesto a dar toda su vitalidad y fuerza para que una personita aprenda a vivir.

Martina cumple hoy un año y mi condena es no poder estar hoy con ella y con su madre. Da igual, la cercanía no siempre puede ser física y mi satisfacción no se puede medir.

La paternidad alecciona siempre que tengas capacidad de observación. El mundo corre mucho y difícilmente hay un respiro para ello, encima no es lo que nos han enseñado.

De pequeño me contaron la historia de Jesucristo, que lejos de credos y fe, tiene una bonitas enseñanzas. Ahora la entiendo mejor. Cada padre, cada madre, sacrifica hasta el último gramo de fuerza, de su vida, de su sueño... por sus hijos, casi siempre con una sonrisa y lo mejor de todo es que sin esperar nada a cambio. Quizás sin la puesta en escena de esa historia, pero casi.

No hay nada comparable.

lunes, 14 de junio de 2010

Ni lo sueñes.

¿Alguien piensa que por la más remota casualidad al redactar, pactar y consensuar la reforma laboral que ahora va por la vía del decreto, alguno va a pensar por el beneficio común antes que por intereses partidistas/electorales?

Pues ese es el problema.

Nota: me ha salido un post "twiteriano".

martes, 8 de junio de 2010

Elejimos mal

Dice Oscar Wilde en el "retrado de Dorian Gray" algo así como "elijo a mis amigos por su belleza y a mis enemigos por su inteligencia".

Y yo me pregunto, ¿cómo elejimos a nuestros representantes públicos?. Desde luego que no parece que por su sentido de estado, por su altruista aportación al bien común, etc...

Hoy hay huelga y para contar el seguimiento tiran de matasuegras y chirigota, porque si no, no se explica el sempiterno cachondeo de cifras: unos dicen que el 15% y otros más del 75%. ¡¡Pepe, un purito!!.

Desde luego, aquí no prima la responsabilidad ni el servicio público. Todo esto es una especie de juego de medias verdades (que son dobles mentiras) de trileros con artrosis.

Hasta que no asumamos nuestra responsabilidad como votantes y como sociedad civil que controla a sus empleados para que cumplan con eficiencia su trabajo, esto es lo que hay: un país de pandereta

martes, 1 de junio de 2010

Deporte de moda

La moda ahora está en contar lo que nos hemos gastado no-se-dónde y compararlo con la congelación de pensiones o bajada de sueldo de funcionarios.

No hay periódico que no se eche su cuenta de turno: "Lo que se gastó fulanito (adversario de su línea aditorial) en pintar las farolas de su barrio hubiera servido ahora para no subir las tasas de no-se-qué".

Demagogia. Todos la hemos liado, ¿o acaso no nos daba envidia ver cómo la ciudad "x" inauguraba una monumental estación de trenes y la "nuestra" era una birria?. Entonces el alcalde de turno, corria despavorido a buscar al Calatrava que tocaba para que diseñase el mega-boulevard que "abría las puertas de la ciudad al siglo XXI". Y todos, que nos creíamos ricos, aplaudíamos el buen gusto del alcalde y su preocupación por la "modernización, sostenibilidad o habitabilidad" de la ciudad.

Ahora todas esas palabras grandilocuentes amarillean. Y los correturnos ventajistas sacan la libreta de la venganza y las urnas.

Todos somos responsables de lo que pasa y supongo que todos somos la solución. Mientras sigamos tirando al plato, no hay nada que hacer.

Eso sí, somos pobres, pero no veas la estación de trenes que tiene tu pueblo

Lavadito de cara

"Lavaito y perfumaito", así nos presentan al hasta ahora enemigo público número 1, Mou.

El ensucia, Florentino se traiciona y la prensa de estómago caliente corre servil a darle zotal a los calzones del nuevo emperador.

Y yo que lo leo y lo veo, no me lo creo.

Es cierto que el show-business necesita de estos intérpretes. Un artista de esta talla no podía faltar en la trama. Pero de ahí a que nos lo metan a escondidas y almivarado entre cucharadas de buen-rollito como si del yerno que todos quisiésemos tener se tratase, no pasa.

Se hace divertido ver cómo nos siguen endulzando la opinión, me imagino a Florentino haciendo el avioncito mientras trata de meter la cuchara a su afición.

Que no paren las máquinas