miércoles, 29 de junio de 2011

29 de junio: 2 años y un día

Ayer Martina cumplió su segundo año a ritmo de emociones expresadas por "esos locos adultos" que "esos listos bajitos" no se si acaban de digerir bien.

Espiral de cantos, globos, palmas, regalos, llamadas, besos... pobre mía.

También cumplimos el segundo aniversario de padres, con un "balance de daños"... ¡emocionante!.

Suspiro.

Dos años de torbellino sin red donde caer, sin tiempo para pensar y sin un segundo para tener miedo.

Uno, como padre, se siente con muchas obligaciones, y disfrutar de todo esto es la más imporante de ellas.

Martina, hija; ¡¡que cumplas muuuuuuchos mááááááááásssss!!

Muak

miércoles, 22 de junio de 2011

El blog con telas de araña

Me acuerdo mucho de él, pero lo cierto es que no encuentro el espacio mental ni temporal para dedicarle el tiempo que merece.

Al comenzar este viaje de escribir puse a mi tenacidad a prueba: ¿podrás, pasada la primera fase de enamoramiento, seguir encontrando la motivación para escribir?

Después de la tenacidad venía la creatividad: ¿dónde hay temas sobre los que hablar?, se me agotarán pronto

Siempre he pesando que su virtud será la supervivencia, ya que sólo la vejez le dará el valor que merece.

Transcurridos unos meses he descubierto otro reto: escribir con firma en un escaparate como este (internet) mediatiza tu "línea editorial". Es decir, no cuento todo lo que te contaría a ti sólo, lector/a.

Así que este blog representa sólo una parte del escribano, asumamos todos el sesgo. Mi instinto me pediría algo más visceral, pero tengo toda una corte de autocensura.

Asumida esta tara y las trabas anteriores, querido blog, te sigo queriendo. Que ahora estemos más separados sólo es un acto de libertad mutua que da belleza a nuestra íntima relación.

Cuenta conmigo.

viernes, 10 de junio de 2011

El camino de lo sencillo

Ayer chupinazo de la fiestas de Plasencia. La ciudad cambia el aroma radicalmente.

He vivido el inicio de las ferias con la ilusión de ver a Martina en medio de las luces, muñecos descosidos y niños hiperactivados.

Y observándola reviví lo que algunas veces ya he sentido: el placer de lo sencillo. Ver cómo se le iluminan los ojos con unas pompas de jabón, con unos fuegos artificiales que no alcanzaba a pronunciar del todo bien, con un "aivón" que le hace su papá o con un globo que pinta con el "boligafo del médico" es una bajada en picado a una realidad que ella acomoda a su inmensa sencillez. Conmovedor.

Estes letras no son aptas para diabéticos, lo se, pero verla aguantar el sueño para ver una y otra vez un tren con una bruja horrorosa a la cabeza es una sensación que no pienso dejar de saborear ni un minuto.

La feria tiene magia, a pesar de ese contraste de vendedores y patera, de aroma nómada, de luces y camiones chatarrosos que te dejan un vacío extraño.

lunes, 6 de junio de 2011

La democracia debe ir al psicoanalista

Manoseada y llena de tópicos, la calle está pidiendo una ITV concienzuda a nuestra forma de gobernar, a nuestra democracia. O se reinventa o sus achaques propios de décadas pasadas, allá cuando fue puesta en práctica, no están para afrontar lo que viene.

El 15-M me suena a un grito cerca de los tímpanos de los que han engordado su historia en esos pozos de ineficiencia que todo sistema, de cualquier naturaleza, genera. El 15-M es un estado de ánimo.

La democracia, tal como la tenemos ahora, tiene artrosis. Y queda demasiadas veces para jugar al dominó con aquellos entes grandes de cuello blanco (¿se les llama lobbies, no?) a los que no les gustan los cambios.

La democracia tiene depresión. Y no se la va a quitar pintándole una sonrisa de photoshop, por mucho que se empeñen los populistas a los que votamos. No necesita cirujía estética, necesita cirujía funcional.

A la democracia se le suben a la chepa, con ese eterno clima electoral instaurado de espaldas a los votantes. Les nubla la mente y nos abochorna.

Palabras como "participación ciudadana" o "transparencia en la gestión" empiezan a reverberar por todos los rincones. El ciudadano exige que sus políticos abandonen su integrismo ombliguista de ideas preconcebidas, algunas de ellas en la post-revolución industrial. Las fronteras ideológicas son cada vez más difusas, sobre todo como respuesta a muchos de los problemas de una sociedad, la actual, que no sabe cómo será en 15 años. Pregúntenle a los que ahora se forman y no saben para qué.

Los viejos paradigmas están ahí, para aprender de ellos y hacerlos evolucionar. Y si no, basta con mirar cómo éramos hace años y todo lo que hemos conseguido cambiar y mejorar de forma impensable, ¿alguien recuerda que "no hace tanto" las mujeres no podían votar en España?