Conozco a uno que escribe sobre tiburones, sí, sobre esos directivos y ejecutivos ambiciosos que en una iluminación genial alguien llamó tiburones y con ello se han quedado.
Escribe sobre ellos para limpiar su trasero explicando lo malos que son.
Los señala con el dedo con aura angelical mientras patea el estómago a quien haga falta al más puro estilo ejecutivo matón.
Social preocupado de traje, tiene los puños magullados de pegarle por la espalda a quienes se creen lo que escribe.
Compra en trastiendas de moralidad lo que vende en el corte inglés.
Valiente fulero
jueves, 9 de septiembre de 2010
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