jueves, 14 de enero de 2010

Un modelo sibilino

Leo de un escritor y periodista a caballo entre lo erudito, lo sublime y lo radical que también la democracia ejerce su forma de tiranía, un término abonado a los totalitarismos, despotismos y dictaduras varias.

Lo peor de la tiranía del sistema actual es que no se nota y eso la hace perversa y sádica. La del resto de modelos es más evidente, por decirlo mal, es más "noble".

¿Y en qué deriva esa tiranía?, en el abandono de valores humanos en clara huida hacia un átono materialismo como nuevo dogma de fe que marca el rasero por el que todo se mide.

Herencia del desarrollo democrático, sus hijos han (hemos) nacido en un entorno del "ya está todo hecho", donde el bienestar es un derecho adquirido por la mera razón de nacer. Y de ahí el "¿pa qué voy yo a estudiar si me gano 2000 lerus hoy en un tajo y mañana en otro y además mi mamá me tiene calentito en su casa?".

Buena forma esta de tener anesiadas a "las masas", que sin más fe que el audi A3 no tienen nada de qué quejarse con lo fácil que es conseguirlo.

Trabajo fácil para la democracia, algo endiosada, dicho sea de paso

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