miércoles, 25 de mayo de 2011

Más del doble de lejos

Jimena llegó, émpezó a tocar su arpa y casi sin hacer ruido comenzó una nueva melodía en casa, con chica nueva en esta orquesta sin director ni partitura.

Si ella toca el arpa, Martina aporrea la trompeta, ¡¡qué menos a sus casi 23 meses!!. Qué bien suena esa trompeta metalera, a veces tan solista y a veces tan coral. Ahora es puro rock and roll. ¡¡Dale fuerte!!.

Pero hace mucho tiempo alguien decidió que los sueños hay que ganárselos. Y que por eso durarían poco. Y hoy apenas si escucho algunas notas, a ratos. A Madrid no llega el sonido.

Me esfuerzo por imaginármelo, trato de recordarlo. Me lo cuentan. Lo añoro cada minuto que pasa.

Ahora son dos. Ahora estoy más del doble de lejos.

viernes, 20 de mayo de 2011

Crónica de una parto no anunciado

Esa noche debía oler diferente, con ese olor imperceptible que debió susurrar a su madre que algo estaba a punto de pasar.

Ella se perfumó para la ocasión. Lo sabía, no lo conocía.

Y antes de acunarnos en un nuevo descanso comenzaron algunas contracciones. Al tumbarme sólo me pasaban por la cabeza dos cosas: que todo fuera bien y qué pensaría Martina al empezar a convivir con su nueva hermana. Me preocupaba. Sentí emoción y miedo.

El despertador, el de siempre, la llamada de Martina reclamando el inicio de un nuevo día. Miré a mi derecha y pregunté para conseguir la respuesta esperada: "toda la noche con contracciones". Seguramente inspiré para dármelas de "enterao" que se toma estas cosas con calma; lejos de la realidad.

Martina rápidamente niquelada y a su "guarde".

Esperamos hasta las 10:30 en casa por capricho del repartidor de Mercadona y subimos al hospital a pasar la revisión regular de monitores. Eran las 10:50.

Me senté en esa confluencia de pasillos donde Martina se hizo eterna sabiendo que a Raquel la atendía esa ginecóloga airada que tan poco nos gustaba. Eran las 10:57 cuando Raquel entraba a monitores.

Cruce trepidante de sensaciones, la espera no está pensada para mí. Alguien nos regala un caramelo: a las 11:43 veo entrar a Petra, la comadrona que atendió el parto de Martina, una diosa para mi santuario. Me siento más tranquilo.

Pasa un rato largo y por fin me llaman para entrar a la consulta de la ginecóloga: efectivamente estamos de parto, probablemente nazca hoy, día 4 de mayo, nos citan para última hora de la tarde.

Vuelta a casa, las contracciones cada vez son más fuertes. Raquel ni come, yo levito nervioso. A las 15:25 no puede más: al hospital de nuevo.

Entramos como a las 15:30, por la inhóspita sala de urgencia. Raquel a la silla, de ahí a camilla y a paritorio.

Nueva espera. Solo.

¿Eres el marido de Raquel?.

¿Quieres asistir al parto?
¿Ya?
Pues ponte esto. Raquel está algo nerviosa, no la pongas más

Me enfundo de verde y entro. Raquel pasaba sus peores momentos. Enseguida coge fuerza y de la sala de dilatación directos a paritorio. Antes me he lavado la cara para coger fuerzas.
A las 16:21 Jimena estaba en las manos de Raquel. Yo haciendo malabarismos con el móvil para sacar fotos y apuntar lo que me decían. Se parecía a Martina, pesaba 3.340y medía 51 cms.

Raquel había vuelto a demostrar porqué se merece ser la madre de las dos mejores niñas del mundo.