La forma de hacer negocios va a cambiar mucho. Hemos engordado despachando, al puro estilo del estanquero (con perdón), cuyo valor descansa en su juego de cintura (vamos, en los giros que hace para alcanzar el paquete de la marca pedida por el cliente).
Al menos así ha sido para la gran masa empresarial, por mucho que no hayamos empeñado en maldecir la alta competencia del sector de turno, la estrechez de sus márgenes, etc...
En el caso de los consultores, hemos vendido y vendemos fantásticos diseños de estrategias, ideas de churerra, repetidas. Y además difíciles de entender e implantar por el pagador. Indigestas.
Ideas de salón en base a doctrinas prestadas en las escuelas de negocio. La mayoría de las veces hemos diseñado y vendido proyectos estando bien calentitos en nuestras cómodas sillas, ¿acaso alguien se cree que un consultor que trabaja para un banco se da al menos una vuelta por una sucursal?
Hace unos meses me tropecé con unos consultores curiosos: más que vender proyectos, los compartían. Es decir, no cobraban por realizar proyectos, si no que ayudaban a sus clientes a generar negocio a cambio de poder participar en él.
Me parece un buen ejemplo de un nuevo modelo de negocio de consultoría, de una nueva forma de entender este negocio: Pasar de vender diseños estratégicos a identificar y compartir oportunidades de negocio. Es pasar del laboratorio a la trinchera.
Parece más acorde a los tiempos que corren, se han adelantado, han innovado. Iniciativas así se están generando en multitud de sectores, los más listos saldrán ganando de esta, seguro...
Acaba de llegarme una cita de Alber Einstein que aplica al caso:
No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado.
lunes, 2 de febrero de 2009
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