Un situación estresante normalmente genera un efecto perverso: te vuelve miope.
La angustia resulta en una desconexión inmediata de tu capacidad neuronal, debe ser que la corriente que conecta las neuronas se apaga, no fluye, desaparece
Justo cuando más necesitas pensar en encontrar la mejor opción, tu cerebro se afloja, pierde fuelle, se adormece. Y como deja de mandar, el instinto, que no se dónde lo tenemos, asume el descrontrol.
Esto le pasa a las personas y también a las organizaciones y empresas. Dicen por ahí que una empresa son "números y personas". Ahora que los números enrojecen, sólo quedan las personas. Y como tales, ante el estrés, desastre.
Este año ni regalos a clientes, ni cena de empleados, ni cestas de navidad, ni christmas, ni nada.
Justo cuando los empleados más bajos de moral están, cuando más trabajo tienen, cuando más ánimo necesitan, cuando más preocupación cargan... vas tu y les agitas más dejándoles sin una triste celebración. ¡¡Hay que celebrar!!, el esfuerzo que se está realizando, las ganas de salir adelante, el interés, ... Es ahora cuando más "diferencial" es un detalle, un regalo, un guiño... no cuando es facilón y todo el mundo lo tiene.
Lo mismo pasa con clientes, antes tus clientes recibían un montón de regalos donde el tuyo era uno más. Ahora que no van a recibir... ¿los abandonas tu también?, ¿en el momento clave para tener un detalle diferente al resto que los fidelice?
¿La clave?, la de siempre; creatividad e innovación, no es necesario invertir mucho para conseguir marcar la diferencia, para motivar "las tropas" y para sostener al que te da de comer...
Es la miopía del estrés...
viernes, 28 de noviembre de 2008
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