Como el mundo anda "centrifugando", ahora Mariano Alegría de la Huerta Rajoy dice que le parece un coñazo el desfile del 12 de octubre. Un toque de humanidad que le deshorna, pues no deja de ser un ejercicio de fariseismo muy propio de la política. No es demagogia, es la realidad.
Me recuerda a la mítica canción de George Brassens titulada "la mala reputación", donde en una parte de la letra dice:
"En la fiesta nacional,
yo me quedo en la cama igual,
pues la música militar,
nunca me supo levantar".
Canción contestataria y descarada de principio a fin.
Y digo que me parece paradójico porque de nuevo el destino se marca un verónica para juntar a dos personajes antagónicos, Brassens y Rajoy.
A lo mejor Mariano prefiere celebrar la hispanidad como realmente tiene sentido, que es compartiendo lo que nos une entre América y España. Por las calles de Madrid, Tenerife y Bogotá (creo) habrá una marcha festiva llamada "Viva América" y bueno... la verdad, entre echarse unos bailecitos de cumbias y poner cara de interés viendo una cabra desfilar no debe haber color.
A él no le veo, pero Borbón padre lo debe clavar. Me lo imagino perfectamente bailando la conga con matasuegras.
En fin, que de nuevo a la política se le ven las bragas y sí, muy mona ella, pero sólo por fuera, el tanga es de mercadillo y poco aseado... ya lo dicen algunos:
"Cuanto más arriba y más atrás,
mira y verás cómo te sorprende
el poco disimulo con que todo el mundo
cambia de chaqueta, corbata, gabardina
o chándal, pero nunca de gayumbos"
domingo, 12 de octubre de 2008
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