Con tanto rollo apocalíptico ahora resulta difícil contar algo que no tenga que ver con "la crisis", aireada por la cantidad de comunicadores que han ido saliendo como setas en los últimos años; comentaristas de las dos mil televisiones que ya hay, columnistas de infinidad de diarios digitales, bloggers, etc... Sin ánimo de matar al mensajero creo que a crisis se extiende también porque la azuzamos mucho.
Encima como ahora nos hemos aprendido qué es el Euribor, el Banco Central Europeo, el G8, el G20, Bretton Woods, Trichet es nuestro nuevo Chuck Norris (por aquello de las veces que sale en televión), todos sabemos de estrucutura económica, estructura geopolítica, política fiscal, mercado interbancario, bonos, hipotecas, estructurados, etc... si no hablas de esto, si al menos no tienes una opinión, es como no saber el tiempo que hace al encontrarte con el vecino y su perro en el ascensor.
Si pretendes obviar este tema parece que te quedas sin contenido, el crudo invierno es lo que tiene, que no hay de qué hablar.
El caso es que es muy aburrido y en la medida de lo posible lo voy a evitar. Desde que tengo uso de razón siempre estamos "en momentos de cambio", "momentos difíciles", siempre el "mundo está loco", "a España no la reconoce ni la madre que la parió", todavía recuerdo a José María Carrascal diciendo algo así como "... en estos tiempos difíciles...".
El rollito de "cualquier tiempo pasado fue mejor" es funesto y mohíno, así que yo paso, eso sí, me complica escribir aquí...
miércoles, 29 de octubre de 2008
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